martes, 18 de junio de 2013

GUÍAS DE LECTURA


 Os dejo algunas lecturas que pueden interesaros  si visitáis  una biblioteca o  una librería. También hay para los hermanitos y hermanitas. CLIQUEA AQUÍ
Y una guía más AQUÍ

Os recomiendo la entrada que está debajo de La canción pirata para hacer más divertido el verano

No olvidéis los recursos para todas las áreas y niveles, pues son páginas interactivas muy divertidas y algunas ya las conocéis. Explorar algunas nuevas.


LA CANCIÓN DEL PIRATA



y para finalizar el curso, la canción del pirata que seguro que os gustará. Podéis oiRla en el vídeo y leerla debajo de estas líneas.
¡Felices vacaciones!
Canción del pirata
 Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, el Temido,


en todo mar conocido
del uno al otro confín.

La luna en el mar rïela,
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y va el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Stambul:

«Navega, velero mío,
sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.

Veinte presas
hemos hecho
a despecho
del inglés,
y han rendido
sus pendones
cien naciones
a mis pies.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

Allá muevan feroz guerra
ciegos reyes
por un palmo más de tierra;
que yo aquí tengo por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.

Y no hay playa,
sea cualquiera,
ni bandera
de esplendor,
que no sienta
mi derecho
y dé pecho
a mi valor.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

A la voz de «¡barco viene!»
es de ver
cómo vira y se previene
a todo trapo a escapar;
que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.

En las presas
yo divido
lo cogido
por igual;
sólo quiero
por riqueza
la belleza
sin rival.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me río;
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena,
colgaré de alguna entena,
quizá en su propio navío.
Y si caigo,
¿qué es la vida?
Por perdida
ya la di,
cuando el yugo
del esclavo,
como un bravo,
sacudí.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

Son mi música mejor
aquilones,
el estrépito y temblor
de los cables sacudidos,
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.

Y del trueno
al son violento,
y del viento
al rebramar,
yo me duermo
sosegado,
arrullado
por el mar.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.»
[Poema: Texto completo.] José de Espronceda

domingo, 16 de junio de 2013

Leer en vacaciones



Merienda literaria
Podemos organizar una merienda e invitar a amigos, proponiendo un tema: cada uno tiene que elegir una página o una secuencia de un libro para que nos haga reír, o nos dé miedo, o logre entristecernos… ¡A ver quién consigue la mejor!
Salidas con un libro
Los libros pueden ser buenos compañeros para una salida. Pensémoslo bien: una excursión al campo (no olvidemos la guía de árboles), una visita al museo (hay libros muy bonitos que nos proponen pistas para observar los cuadros), un día en el zoo (la enciclopedia de animales nos puede dar datos sobre la marcha).
Regalos para el oído
Practicar la lectura en voz alta (ellos y nosotros), aprender a recitar poemas sencillos, repetir trabalenguas, rimas… son juegos al alcance de todos y resultan divertidos. En alguna ocasión podemos poner un toque de solemnidad: hacer un pequeño concurso, grabar una selección de poemas entre amigos y hacer copias del CD; acompañar la lectura con una música suave, que también ellos pueden elegir… Inventemos situaciones en las que compartir textos sea un regalo para el oído.
Un sitio en la maleta
Cuando salgamos de vacaciones, no nos olvidemos de los libros. Llevemos el libro a la playa, al pinar, a la casa de los abuelos. Organicemos actividades alrededor de los libros con los primos, con los amigos, con los compañeros que están lejos: una sesión de lectura (tú me lees, yo te leo), un intercambio de libros (tú me dejas, yo te dejo), una reseña por carta o por correo electrónico (tú me aconsejas, yo te aconsejo).
Turismo literario
Los libros nos llevan a los viajes, y los viajes, a los libros. Y cuando estamos de viaje, ¿por qué no hacer turismo literario? Las librerías del lugar de segunda residencia, los quioscos de la playa, las librerías de los aeropuertos y de las estaciones, los bibliobuses, las agencias de lectura en los lugares de vacaciones… Acudamos a los sitios de información: muchos ayuntamientos organizan actividades alrededor de los libros.


Texto extraído de:

Tiempo para leer en familiaInés Miret y Joan V. Sempere
Círculo de Lectores, 2007

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miércoles, 12 de junio de 2013

"Las moscas" de Antonio Machado.

Para mis querid@s chic@s de 3º
LA POESÍA TAMBIÉN ES DIVERTIDA
“Las moscas” se publicó en el primer libro de Machado, Soledades, donde aparece en una sección titulada “Humorismos, fantasías, apuntes.”
Joan Manuel Serrat pone música a este poema. Os dejo el vídeo para que disfrutéis con la audición.


Las moscas
 
Vosotras, las familiares,
inevitables golosas,
vosotras, moscas vulgares,
me evocáis todas las cosas.
¡Oh, viejas moscas voraces,
como abejas en abril,
viejas moscas pertinaces
sobre mi calva infantil!
¡Moscas del primer hastío
en el salón familiar,
las claras tardes de estío
en que yo empecé a soñar!
Y en la aborrecida escuela,
raudas moscas divertidas,
perseguidas
por amor de lo que vuela,
- que todo es volar -, sonoras
rebotando en los cristales
en los días otoñales…
Moscas de todas las horas,
de infancia y adolescencia,
de mi juventud dorada;
de esta segunda inocencia,
que da en no creer en nada,
de siempre… Moscas vulgares,
que de puro familiares
no tendréis digno cantor:        
yo sé que os habéis posado
sobre el juguete encantado,
sobre el librote cerrado,
sobre la carta de amor,
sobre los párpados yertos
de los muertos.
Inevitables golosas,
que ni labráis como abejas,
ni brilláis cual mariposas;
pequeñitas, revoltosas,
vosotras, amigas viejas,
me evocáis todas las cosas.